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SOBRE LA DEMOCRACIA


HACIA UNA DEMOCRACIA DIGITAL

Desconocer conceptos que han sido validados, a esto llamo yo ignorancia. He ahí el principio de la guerra. Ahora bien, pensar que un conocimiento validado significa que es bueno para la mayoría es cometer un error porque hay unos principios suprahumanos como lo es el de la vida, la educación, la alimentación, entre otros. En consecuencia, ningún conocimiento validado puede desconocer estos principios universales porque estarían violentando principios civilizatorios que han costado mucha sangre y fuego.
La democracia, al igual que la poesía, debe ser entendida en términos del mayor beneficio para todos, una hermosa bandera ondeando que decore los principios más elementales de convivencia humana. La democracia ha de ser ética. Por lo tanto es erróneo pensar que un sistema electoral pueda ser la solución irrestricta a todos los problemas de una nación. Podemos observar muchos ejemplos en la historia donde personajes con un apoyo popular mayoritario han tenido las ideas más descabelladas e inhumanas.
Estadísticamente, la mitad más uno, como empleo primario de establecimiento de una fuerza unitaria legitimadora, es un sistema obviamente escaso. Sin embargo, se ha llegado al consenso de que las tendencias centrales son las que dominan en este universo cartesiano y gaussiano. La idea de mitad es ya absurda pero funciona perfectamente para mantener un mundo civilizado y en paz. Lo cierto es que esta idea ha calado en la mente de las personas y con una altísima aceptación.
Ahora, de la democracia a la dictadura hay matices. Formas diversas de pensamiento que tienen sistemas donde se busca el bienestar para todos. No todas las democracias funcionan para todos los pueblos. Por ejemplo la democracia indirecta en los Estados Unidos funciona perfectamente para ellos. No hay que olvidar que regímenes como el de Aldolf Hitler fueron ampliamente apoyados por la mayoría. Lo que quiero decir es que la democracia puede convertirse en un vulgar complot. Es decir una asociación de delincuentes que se unen en un fin común que es derrotar al contrario. Sumar fuerzas para vencer política y militarmente a otro. De allí que la Democracia tiene que ser un espíritu vivo, un ente regulatorio de sí, en tanto permita la participación de todos inclusos aquellos que han adversado el proyecto de turno, o el que ha sido beneficiado en las urnas.  
La posibilidad de votar es un principio democrático. Sin embargo, con la transformación sin precedente que atraviesa la humanidad, ¿cuál es el objetivo del voto? ¿Qué elegimos? ¿Por qué y para qué elegimos?
Soy de los que creen que el gobierno debe ser un algoritmo. Una función, una instrucción “true” para la paz y la alegría. Esto es despiadadamente correcto en términos de factores civilizatorios, como la salud, la educación, la vida. Y aclaro, de buena fe, que no me estoy refiriendo ni a gobiernos de izquierdas ni de derechas, me refiero a que un modelo de gobierno debe estar desprendido de toda parcialidad; debe estar supeditado a la felicidad.
La ética solo puede ser real en tanto se acomode a las exigencias y a la cultura de las personas. La muerte no puede ser ética, jamás. Hoy en día persisten formas de justicia que consideran a la muerte como el fin de los problemas humanos, cosa que a mi juicio es nefasta, y sé que habrá gente en desacuerdo conmigo. No obstante comprendo perfectamente que son aspectos medulares de la vida en sociedad que son polémicos cuando se les aborda en el debate.
A lo largo del tiempo, el concepto de democracia tampoco ha sido homogéneo. La democracia griega era una dictadura de los sabelotodo. Clases acomodadas que vivían para estimular sus sentidos. Eran cerebros vivos produciendo conocimiento. Eran máquinas de cálculo. Pitágoras, por mencionar solo alguno. Atenas y Esparta son un ejemplo claro de dos formas de pensamientos que parecieran regir el comportamiento humano, esto es ser opuesto a algo. Entonces como me opongo a algo, y hay mucha gente opuesta a la misma cosa, entonces nace una forma de pensamiento que va a intentar destruir con todas sus armas a esa otra forma de pensamiento imperante. Los sistemas se agotan; se preparan, y por último cambian. Es allí donde las nuevas ideas se van cocinando y va calando posición en el pensamiento de las personas. Nacen los grandes líderes que tienen aceptación entre sus vecinos. Hay una democracia primaria que se aprende incluso en la familia. Desde el momento en que el papá inscribe a su hijo en la escuela. Desde el momento en que el papá le dice al niño que no meta el dedo en el enchufe para que no se electrocute. La democracia implica toma de decisiones correctas para la mayoría. Porque el papá, o la mamá, toman decisiones para todos en la casa. Es entonces como esa democracia primaria nos va forjando como hombres, de lo contrario no existiría la humanidad.



El hombre se ha respetado desde siempre, pero las guerras han surgido cuando los recursos se agotan, y hay menos, para más. Si hay menos para más, viene la guerra. Un pilar de la democracia, entonces,  es el de proveer comida a un país. Comer es un principio universal y primario. Sin comer, está demostrado que tus funciones neuronales disminuyen; de hecho está demostrado antropológicamente que la ingesta de carne fue un factor decisivo en el proceso civilizatorio. Comer es importante para el pensamiento. Los gobiernos deben hacer democrática la comida.
Quizá vendrán épocas con complejos sistemas de elecciones, y nuevas formas de tratamiento de lo sociológico se impongan. En los juegos online, por ejemplo, hay clanes creados. Hay complejas relaciones sociales que generalmente te lo da la experiencia en el juego. Jamás sabes lo que deciden los game master, son reuniones cerradas, secretas, en canales privados creados para tal fin. Llegar a ser GM es muy complicado, entre otras cosas porque es una forma de pensamiento, una forma de trabajo, una constancia.
La democracia es la razón y se va acomodando, por lo tanto vemos que aún persisten pequeños pueblos en la tierra donde las decisiones no son tomadas democráticamente para ser más exactos. Pero enseguida el sistema captura la falla y la va acomodando, como el tema del trato criminal que se le daba a los niños no hace 20 años. O el voto de la mujer. El algoritmo que es la democracia va detectando todos aquellos elementos que tienen falla en el sistema para corregirlos y hacer que funcionen de forma más optimizada.
Sin duda la sociedad se ha ido perfeccionando; ya no quemamos cristianos, ya no azotamos a judíos. El bit se ha conectado con el ojo. Nos hemos encontrado en otras realidades. Las personas incluso en pueblos muy remotos saben de la existencia de internet y de sus implicaciones. Por lo tanto es posible que la virtualidad sea un factor que modifique las herramientas, las estrategias, las formas, que usa la democracia para amalgamar el conglomerado social. Así como cambió el pensamiento griego hasta nuestros días, la democracia se va haciendo más inteligente en sí misma. Por supuesto hay temas que escapan a la democracia y que entran en otro plano que no abordaré en este espacio, como es por ejemplo la carrera atómica. El afán por hacerse invencible, dominar o no dejarse dominar, matar o morir. La democracia ha intentado llegar a esas esferas a través de organismos internacionales pero su poder decisorio en grandes conflictos bélicos termina siendo en muchos casos violentado. Pero en los últimos 100 años el hombre ha adelantado pasos importantes por crear organismos que diriman asuntos de carácter global, de interés común. Es cuestión de tiempo en que el bit se imponga. El cerebro también está evolucionando, la masa de la tierra está inexplorada, el espacio está inexplorado. ¿Hasta dónde podremos llegar como especie? Hay muchas preguntas, pocas respuestas: el consenso, la síntesis, el contrato social, el acuerdo.

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