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LA ERA DIGITAL: DEL CONSTRUCTIVISMO A LA ANDRAGOGÍA

LA ERA DIGITAL: DEL CONSTRUCTIVISMO A LA ANDRAGOGÍA


DEL CONSTRUCTIVISMO A LA ANDRAGOGÍA

La Andragogía y el Constructivismo han demostrado ser herramientas poderosas para la producción de un tipo de conocimiento que por muchos años se consideraba irrelevante. Ambos enfoques se complementan en la realidad, ya que el adulto, es un constructor vitalicio de conocimiento.

Sin embargo es importante advertir algunos vicios en los cuales se pudiera incurrir al intentar comprender la Era Digital desde las perspectivas o desde la óptica de estos dos modelos.

La práctica andragógica y constructivista dista mucho de ser una actividad anárquica, donde no existan reglas ni metas claras definidas por el docente. La misma dinámica del internet pudiera hacer creer que el mismo hecho de “surfear” o “navegar” por la red pudiera asegurar un aprendizaje efectivo en los adultos. “No podemos escudarnos en la andragogía y el constructivismo para ser irresponsables: el alumno con formación andragógica no realiza las actividades educativas sin orden, sin normas, sin considerar el respeto al docente o a la institución educativa” (Rodríguez, 2003: 87).

En segundo lugar, no se puede pretender que, amparados en una teoría andragógica y constructivista, se haga un uso discriminado de las herramientas on-line. Fomentando de esta manera talleres, cursos, incluso maestrías y doctorados sin una rigurosidad académica “sin un sentido, no sólo de la utilidad individual sino de la pertenencia con la realidad social y con el compromiso de transformación” (ídem).

En los últimos años muchos han sido los intentos por elaborar una verdadera práctica educativa que vaya acorde con los planteamientos y los nuevos requerimientos de la sociedad digital. Sin embargo, muchas han sido también las críticas sobre la solidez y la seriedad que en muchos casos se le da a este tipo de estudios. Es por ello que la transformación de la educación superior tradicional hacia un modelo on-line no puede partir desde la legitimación de un discurso de la comercialización y masificación sin sentido. Es imperioso que dicha transformación hacia el E-learning parta de una profunda reflexión de las propuestas y los modelos educativos. Crear las bases de una sólida antropagogía (término usado para entender al “hombre que aprende” en un sentido amplio, sumando lo pedagógico y lo andragógico) de lo digital y a partir de allí instituir un nuevo modelo de enseñanza. Y por otro lado, asumiendo el contexto histórico-social que se configura a partir de la construcción de la Era Digital.

Una teoría de la educación on-line que, sustentada en los principios andragógicos y constructivistas, debe comprender la realidad global del planeta. Existe el peligro pues de ser unos meros espectadores, operadores y consumidores de información. “La andragogía y el constructivismo no deberían ser una corriente más de la educación, representan una reinterpretación de la práctica educativa, son ciencia, arte, investigación, que buscan rescatar la figura activa del alumno” (Ibídem. p.: 88).

Sería un error pensar que el simple hecho de entender la práctica educativa on–line desde una perspectiva andragógica y constructivista aseguraría el éxito de un nuevo modelo de enseñanza. Antes debe partirse de una concienzuda interpretación de la realidad educativa nacional a nivel superior. Hacer un balance y un diagnóstico de las debilidades y fortalezas de un sistema educativo que con los años se ha hecho más complejo.

Lo cierto es que la trasformación curricular se ha convertido en una necesidad en tanto el sistema de educación superior hace rato dejó de dar respuestas a las exigencias de una sociedad globalizada, mundial y digital.

Y por último y no menos importante, la incorporación del pensamiento andragógico y constructivista en un modelo de educación digital amerita la redefinición del papel docente. Desaparece el aula tradicional de clases. Desaparecen las paredes físicas para dar paso a un entramado de relaciones que están íntimamente relacionadas con el uso de internet. Se abren las interrogantes sobre cómo ser un mediador en espacios digitales complejos, interactuando con un adulto que tiene necesidades, capacidades, expectativas claras y experiencias profundas sobre su realidad y su entorno. ¿Qué es ser un mediador en los nuevos espacios digitales?

La aplicación de nuevos modelos de enseñanza en el E-learning, por lo tanto, deben ser distintos en su forma y su contenido, de los empleados en la educación tradicional. “La estrategia de aprendizaje, los contenidos, la evaluación, son distintos a la tradicional práctica pedagógica que es unidireccional y vertical en su administración por parte del docente y la institución” (ídem).

El nuevo rol docente debe también partir del tamiz de entender a un nuevo hombre social. ¿Qué hubiera pensado Lev Vygotski, defensor de la idea de que el proceso educativo puede entenderse sólo desde su perspectiva de interacción social, si hubiese conocido internet? El hombre social de la era digital aún no se ha comprendido en su totalidad. Las millones de relaciones complejas que se establecen hoy en día jamás se hubieran pensado a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX cuando Vygotski vivió. Las grandes ideas en el ámbito educativo aún están por decirse.

Es por ello que, hoy más que nunca, se reivindica la idea de que la educación es un proceso complicado de reconocimiento del hombre en tanto ser social. Este proceso de reordenamiento implica la participación en las actividades exigidas por una nueva dinámica cultural. Es entonces cuando se comienza a tener una verdadera conciencia de ser y se pone de manifiesto la verdadera razón de la naturaleza humana. El ser social, en la era digital tiene un doble entorno o niveles distintos de interacción. Uno que tiene que ver con la vida en sociedad, en la comunidad, en la escuela, las interacciones “reales” donde se ponen de manifiesto la corporalidad y los sentidos. Y por otro lado un ser social digital, esto es, el hombre que ha logrado hacer una comunidad de pares haciendo uso de las herramientas de internet.

Es un espacio que no posee nacionalidad, ni se tienen compromisos con algo que puede parecerse a lo comunitario o a la patria en términos generales. Es más bien una convergencia de intereses y de saberes. Un estallido informacional. Twitter, una de las redes sociales más famosas en la actualidad ya está cerca de los 326 millones de usuarios y Facebook ya está cerca de los 2.200 millones. Las estadísticas de las redes social hoy en día escapan a toda racionalidad.

Por lo tanto, un programa exitoso de educación para adultos en escenarios virtuales debe entender la importancia de los cambios acelerados que experimenta la sociedad de la información, el desarrollo tecnológico y por sobre todo, ayudar al hombre a comprender las nuevas aristas del mundo que nos rodea. El reto de la nueva educación es permitir al ser humano entender la dinámica de la sociedad en red. Una sociedad que aprende en términos virtuales. No se puede seguir concibiendo la educación como una imitación de los éxitos del pasado en escenarios tradicionales. Aparecen nuevas dimensiones que configuran el perfil del ciudadano. El E-ciudadano: ese hombre que es capaz de convivir en una sociedad del conocimiento, estableciendo relaciones y procesos culturales desde la interactividad que impone la red.

No se trata, y esto es importante aclararlo, de migrar por completo de una vida de la presencialidad, hacia una vida de lo virtual. En educación no es posible. Al menos ahora no. Lo digital se convierte en una alternativa eficaz para solventar los problemas que atraviesa el sector universitario. No somos seres binarios, ni códigos. La especie humana se caracteriza por ser una complejidad, desde el saber hasta el sentir, de la mente al cuerpo. Por lo tanto, el E-ciudadano no es un ser etéreo que vive en las relaciones ininteligibles que supone la red sino un ser que entiende las nuevas formas de relacionamiento. Un ser humano que sale de paseo con sus hijos y que a su vez revisa su balance bancario en un portal web.

En suma los desafíos de la Andragogía y el Constructivismo es generar la posibilidad de que el hombre comprenda y transforme la sociedad del conocimiento. De tal manera que pueda promover cambios necesarios para una vida próspera y feliz.

Carlos Zarzalejo
PhD en educación; Msc en Gerencia
azarzalejo123@gmail.com

Comentarios

  1. Excelente analisis, para compartir con mis compañeros del profesorado donde trabajo. Gracias!

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    1. Gracias Mariana por la lectura. Puedes leer otros artículos donde planteo tópicos similares. Un saludo.

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  2. Buen enfoque a la modernidad en la aplicación de andragogía, gracias desde Piura - Perú

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    1. Muchas gracias por tu lectura. Espero que podemos compartir ideas sobre el tema pronto. Saludos.

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  3. Totalmente de acuerdo. La reflexión sobre la relación entre la Andragogía y el Constructivismo en el contexto digital es esencial. No podemos asumir que simplemente "navegar" por la web garantiza aprendizaje efectivo. La educación en línea requiere normas y rigor académico, y el papel del docente debe evolucionar. También es crucial entender la complejidad de la sociedad digital y cómo las personas interactúan en este entorno. Este análisis nos llama a repensar cómo abordamos la educación en la era digital, aprovechando sus oportunidades y afrontando sus desafíos. Disfruté mucho al dar lectura a tus planteamientos.

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    1. Así es. El docente, ante todo, tiene que ser hoy en día un gran gestor del conocimiento.

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