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REFLEXIONES PRIMERAS - REFLEXIONES FILOSÓFICAS

REFLEXIONES PRIMERAS-Reflexión filosófica



A manera de introducción

¿Qué es lo primero?
¿Dónde  comienza ese rarísimo lugar?

Asumir la existencia del uno
                                 nos lleva a Dios

El hombre entiende la unidad como el comienzo de todos los fenómenos. Decimos “quién fue primero, ¿la gallina o el huevo?”. Siempre hay algo que, para el ser humano, debe ser primero. Es impensable, dentro de nuestro esquema mental, que la gallina y el huevo sean los primeros.

Ahora, nos preguntamos: ¿Dos fenómenos de una misma naturaleza pueden ocurrir a la misma vez? Si la respuesta es “no”, entonces pudiéramos pensar que Dios en realidad son varios Dioses.



I

El cuestionamiento de Dios cobra sentido desde el mismo momento en que el hombre reflexiona lo siguiente: desde la figura de Dios, desde su altura y su poder, no existen motivos para crear absolutamente nada.
Sin embargo, la creación y Dios son innegables. Puede que el error esté en pensar que existen razones para todo. Y que la creación no amerite una justificación. Es lo que es y punto.
Pero, por otro lado, se abriría un debate importante en todas las religiones sobre la intencionalidad de Dios. A mi juicio, no hubo la menor intención de Dios en formar una religión, por sólo mencionar un ejemplo, así como tampoco decidir sobre el resultado en un partido de fútbol, ni en el desarrollo de la guerra.
Dios es Dios. Dios es un tipo serio. Dios no es Lennon.
No dejaría de ser interesante reflexionar sobre cuáles son las posibles razones que tendría Dios para crear el universo-mundo en general y al hombre en particular.

II

Dios es todopoderoso. Es la cúspide de lo que nosotros denominamos bueno. La perfección. Entonces no tendría que crear a nadie. Él es él mismo. El todo. Ese es el planteamiento. Crear el mundo, siendo él todopoderoso, desata una pregunta: reflexiva y dura a la vez. ¿Por qué siendo Dios tan grande, tan perfecto, tan puro, nos crea?
Además nos crea distintos. Lo distinto ha sido una cualidad desde siempre. Dios creó a Adam y a Eva. Dios creo la diferencia. Pero ¿por qué, si pudo haber creado todo igual, único e inmutable? Así se evitarían tristes y desoladores escenarios como la guerra.
La creación pareciera el experimento de un niño que mete dos insectos, dos escarabajos Goliat, en un frasco para observar el resultado. Pero algo desde la inocencia, no desde la maldad. Entonces Dios es un niño. Y está jugando con nosotros.
Dios es un niño. Es la única manera de asimilar la idea de Dios. La única manera aceptable. La otra sería pensar que Dios es un adulto y que está haciendo todo esto en su entero juicio.
A mí me gusta pensar en la idea de que Dios es un niño. Le da a la vida cierta picardía: A jugar vivo, a hablar bien. La vida no es casualidad. La vida es un montón de factores juntos.
Pero alejémonos de la presunción de una edad específica en Dios, cosa que nos traería algunos problemas de carácter conceptual. Además Dios - podrían decir lo más ortodoxos-  tiene todas las edades. 

III

La idea toda la creación es un experimento es interesante. Ya los griegos adelantaron mucho al respecto; la humanización de los dioses, por ejemplo. Sin embargo, algo en el experimento está saliendo visiblemente mal o por lo menos está muy lejos de ser un escenario propio de algo creado por Dios, al menos en el planeta Tierra.
Así saltan preguntas como: ¿Las condiciones del experimento están fuera de control? ¿Las reacciones son inestables? ¿Sería viable pensar que Dios pudiera parar el experimento?
No es posible pensar en que Dios considera la paralización; porque es Dios.
El experimento podría llamarse “la creación de un ser perfecto”. Pero ¿en qué momento llega? No sería entendible desde nuestro punto racional de referencia.
Entonces ¿para qué querría Dios un ser perfecto o seres perfectos? ¿Cuál es el plan último?

IV

Otra manera de entender la creación es pensar que Dios es el Gran Maestro. Necesita enseñar y para ello crea al hombre. Multiplicar un conocimiento que le es propio en su naturaleza.
Cabrían las preguntas ¿la sabiduría sólo es sabiduría si puede transmitirse?, ¿el conocimiento, las ideas, existen por sí solas o existen en la medida que puedan ser compartidas?
Es complejo pensar cómo tanto conocimiento pudiera ser trasmitido, enseñando. Es el reto del futuro para la educación. El trabajo del docente es coadyuvar en catalizar ese proceso donde el hombre comprende que es parte y todo. Llenar el suelo de chispas para que se enciendan los fuegos. Y haya luz y paz como en el silencio. El hombre ideal debe ser algo parecido a una planta. Sin duda.
Cada partícula contiene la esencia del todo. En cada partícula está la información del todo. He allí el misterio. Por eso Dios está en cada partícula.
Sin embargo, por más entendible que nos parezca la idea de Dios como un Maestro, el primer maestro, el maestro de maestros, no deja de ser igualmente complicada; el hecho de que Dios, siendo el sabio, crea seres vivientes y pensantes, medianamente parecidos a él, para transmitirles su sabiduría. Dios tiene negado crearse a sí mismo entonces. Es el dueño de la lámpara mágica cuyo único deseo irrealizable es el de crear a Dios; crearse a sí mismo.
Pareciera tener algo de sentido el hecho de que sin los hombres Dios perdería su infinita sabiduría, porque sencillamente no habría punto de comparación. ¿Se es sabio con respecto a qué?
Estas reflexiones no tienen como motivación la negación de Dios, sino más bien pretenden convertirse en aspectos a considerar a la hora de responder a la pregunta de Quién es ese Dios y qué quiere.

V

Por otro lado, pudiéramos pensar que Dios en su infinita bondad crearía un ser para que experimentara el amor. Porque Dios es Amor. Pero en ninguno de los grandes y poderosos relatos que nos hablan de la creación, nos aclaran de por qué llega el mal. Si dios es amor, ¿de dónde sale lo malo?
Si aceptáramos la idea de que el mal es independiente de Dios, contradiríamos la idea misma de Dios. Dios es lo bueno y punto. Entrar en otras interpretaciones sería la negación total. Entonces el mal no existe. O lo malo y lo bueno son exactamente la misma cosa. El mal, pareciera, tiene más un origen histórico-político, que teológico; esto es, humano. No es admisible que Dios sea la totalidad y exista algo fuera de la totalidad que lo niega.
No es menos importante preguntarse ¿pudiéramos hablar de totalidades, abandonar esa idea monoteísta y unitaria y regresarnos a la antigua Grecia o a Egipto? ¿Dios es una totalidad y lo que no es de Dios, el mal, es otra totalidad?  ¿Todo o todos?
Por otro lado, si el mal es parte de Dios, y es su creación, le daríamos un rostro terrible a Dios. Un Dios que pudiera rayar en lo bizarro, en lo perverso. Si la creación ha sido desde su más profunda bondad entonces lo malo está en lo bueno.
Es perfectamente humano preguntarse ¿Porque tanto sufrimiento y desigualdades en la especie humana? En qué lugar de la balanza nos colocamos cuando asumimos la idea del mal. ¿Son cosas de Dios o no son cosas de Dios?


 VI

Los grandes libros donde podemos escuchar la voz del creador no hablan en primera persona; no es Dios quien habla, sino Dios que se ha manifestado en un ser privilegiado y ha logrado transmitir toda esa información. Los llamados profetas; los que traen las buenas nuevas. No voy a preguntar ¿por qué Dios mismo no aparece y dice “yo soy”? Ya esa pregunta ha sido respondida suficientemente. Además esa noción graficentrista, en la cual lo escrito es lo único valedero se me hace terriblemente innecesaria. Dios habla cuando sopla el viento, cuando el sol calienta el aire.
Entonces solo hay que abrir los ojos, despertar, para comprender que hay algo más allá de comer y dormir; por desgracia. Pero ¿cómo despertar? ¿cómo comprender que soy parte y todo? Allí es donde tenemos que estar en la atención y escuchar a los abuelos.