EL ARTE DE NO DECIR NADA
EN LA ERA DIGITAL
Hay una gran diferencia entre cantinflear y no decir nada. Cuando cantinfleas existe una intencionalidad
particular; pretendes, enredando el discurso, convencer a otro de algo.
Sin
embargo, cuando no dices nada, dejas
que las palabras simplemente se vayan, que se abracen a las columnas del
silencio como el borracho que ya no puede con su alma.
Cuando
no dices nada -como acto consciente-, estás intencionalmente no queriendo decir nada; eso quiero decir,
internautas. Ahora, no me refiero en este caso a aquellos que nunca dicen nada,
consciente o inconscientemente, y asumen que están resolviendo asuntos
medulares de la existencia. Eso es harina de otro costal.
La
web se ha llenado de información innecesaria, baladí, y en muchos casos copias,
copias y más copias del mismo material por todas partes en internet. Por lo
tanto, así como mencionamos anteriormente que el internet es el espacio de la
libertad en tanto que no exige ningún tipo de requisitos para su uso, y porque
además permite el consenso como expresión de una organización social compleja,
así también advertimos que esa misma libertad ha generado una forma ligera, por
solo mencionar un adjetivo, de producir contenidos, información, data.
Hay
que reconocer la labor que hacen las grandes empresas en Internet por entender
la dinámica de la data. Sabemos poco sobre qué tipo de procesamiento tiene, lo cierto es que si usted por ejemplo hoy hace una búsqueda en Google
sobre zapatos de cuero italiano, por arte de magia en tus redes y en los sitios
web que visites veras publicidad sobre zapatos de cuero italiano.
La
información se está diseñando de tal manera que pueda conectar al mundo. El
hipervínculo, el link, es la expresión más elocuente de un mundo que necesita
estar conectado, -si-entonces-.
Ahora, si vemos el fenómeno desde el punto de vista del paradigma
complejo, nos daremos cuenta que la inconmensurable cantidad de información que
existe en internet se puede comparar con lo que significó la aparición de la
imprenta en su época.
Si
bien es cierto que las restricciones en
cuanto a la publicación en físico siempre han sido muy duras también podemos
decir que: 1.- No todo material impreso en papel es realmente significativo.
2.- Nadie puede determinar que la producción masiva de contenidos en internet
sea un fenómeno negativo, incluso tomando los aspectos más negativos que pudiera
existir.
También
es cierto que en una imprenta no cualquiera publicaba un libro. En internet,
por ejemplo, en las plataformas de blogs, o de creación de libros online, no
existen ningún tipo de restricciones.
Es
probable que no tarde en llegar el momento donde las restricciones para las
publicaciones online se harán presentes y será cada vez más complicado subir
información a internet; o comenzarán a surgir empresas que se encarguen
solamente de organizar material online con ciertos criterios y estándares de calidad;
compañías que se encarguen de verificar hechos, convalidar textos, etc.
Carlos Zarzalejo
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