El ser no es un fenómeno estático sino
que va fluyendo a medida que aprende. Lo cual toma tiempo. Sin embargo habría
que preguntarse si siempre se es uno; y esa una pregunta sin respuesta. Digamos
que desde el punto de vista legal, jurídico, el hombre siempre es el mismo para
efectos de sus deberes y derechos. Por lo tanto las normas evitan la expansión
de la mente a niveles superiores de consciencia. Imponen unos criterios rígidos
de conducta para que los individuos se adapten a los macromodelos existentes.
Por otro lado, cabría preguntar si sería posible un mundo sin leyes. Si no
existe es porque no se ha podido; la inteligencia grupal
es una verdad suprema. Entonces digamos que para no herir susceptibilidades el
ser es libre hasta donde permite la norma, y hasta donde lo permite el cosmos
mismo. Porque aunque el sol está allí, aparentemente cerca, no tengo la
libertad de ir al sol, jamás. El concepto de libertad es romántico y
fantasioso, pero nos encanta jugar con él para enarbolar falsas banderas.
Estamos atrapados. Punto. Estamos atrapados en un universo, estamos atrapados
en un planeta, estamos atrapados en un cuerpo. Estás atrapado. Si la libertad
como concepto existe, jamás podrá ser experimentada por el hombre; un ser que
ni siquiera es alado.
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